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Ser o no ser



Hace más de un año subí un post a facebook*. Hasta entonces sólo recibía comentarios de amigos que, estimo, no superaban la docena. En esa oportunidad fue diferente, la nota fue likeada y compartida más de cuatrocientas veces, me encontré charlando con personas desconocidas, algunas felicitándome, otras pidiendo consejos. Por un momento me sentí abrumada, pero me di cuenta de que evidentemente aquello necesitaba ser hablado.


En la publicación contaba la experiencia de haberme realizado una ligadura tubaria y las vicisitudes que eso conllevó en su largo proceso. Empezaba así: “A los 20 fui mamá y me miraban raro, a los 34 decido no serlo y me siguen mirando igual”. ¿Qué se jugaba en esa mirada? ¿Cuál era el peso que ejercían los otros? ¿Cómo opera la sociedad en el deseo de ser madre? ¿Cómo incide en las mujeres el concepto de (in)completud?


Fuimos criadas con la idea de concebir, de llegar a sentirnos plenas mediante la maternidad, configuradas para ser madres, para ser “buenas madres”. En ese devenir, a veces, no queda muy claro si el deseo se adquiere o es preestablecido. Aquellos que me juzgaron a los 20 por embarazarme tan temprano, lo hicieron también a los 34, por pretender no hacerlo más. Hablaron de mi prematura maternidad o simplemente no pudieron entender las razones que me llevaban al no deseo. “¿Estás segura? Estás siendo impulsiva”, “te podes arrepentir”, “tu hijo se puede morir y vas a querer tener otro”. Esta última, pronunciada por un profesional de la salud, en su falaz y bajo intento por deponer mi actitud. Sí, fui madre joven, pero me mantuve en la decisión de no volver a serlo durante catorce años. ¿Acaso no era tiempo suficiente como para sentirme segura? No fueron catorce meses, fueron años.


Algunos, aunque de modo vergonzoso y solapado, se atrevieron a decir que, quizás, mi experiencia no había sido lo suficientemente satisfactoria y por eso no quería repetirla. Que me había sucedido de muy chica, que había sido un error y no lo había disfrutado. No, no era chica. Tenía todo lo que necesitaba tener, tenía la confianza y el amor necesarios para poder vivir el momento. Tampoco lo considero un error y, de haberlo sido, sería el único del que no me arrepiento. Fue, y es, una experiencia maravillosa y pude transitarla como cualquier mujer de 30 o 40, pude establecer un vínculo y protegerlo. Pero todo eso no quita que ahora no lo desee más. Son muchas las cuestiones que se juegan en la maternidad: la presencia, el cuidado, las obligaciones cotidianas que se mezclan con el trabajo, la crianza y la adaptación al jardín. Disfruté cada momento, en ocasiones lo viví con placer absoluto, en otras, con culpa, como tantas otras madres. Y hoy me siento libre de poder decidir no pasarlo otra vez. No está mal, no soy un bicho raro, soy una persona que toma decisiones, quizás, por fuera de los mandatos.


Y si a mí no me hace ruido… ¿Por qué repercute en los demás? Las decisiones determinantes, disruptivas, tajantes, hacen ruido. Atentan, de algún modo, contra los tiempos que corren, arremeten contra la sociedad de nuestros días, donde todo fluye, donde todo se torna tan laxo. Donde ir en contra de lo establecido, lo naturalizado, puede convertirse en algo siniestro. Mi operación (o mi decisión) no clausura mis posibilidades de ser madre. Pero invita, quizás, a que todas aquellas personas que la cuestionan, puedan pensar en otros tipos de maternidad o vínculos que actualmente existen. Y si es difícil pensar en la posibilidad de no concebir, cuánto más debe ser aggiornar el prototipo filial, familiar y vincular.


No me pesa la mirada, porque estoy segura. Suena raro estar seguro de no desear, pero se puede. Porque en realidad, no careces de deseo, simplemente lo que estás haciendo es desear NO ser. En mi deseo, me juego yo y no quienes solamente opinan o imponen. Me siento completa, me siento plena y eso no depende de querer ser madre, depende de las decisiones que tome, depende de aquello que deseo y por lo que me motorizo. Mi bienestar depende de eso, depende de mis decisiones, depende de mí.



*https://www.facebook.com/aldana.montanini/posts/10208905603531608

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