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Rubia

En un nuevo aniversario de la sanción de la Ley de Identidad de Género, compartimos la crónica de Aldana Montanini, luego de su participación en el Conversatorio "Emancipación, Derechos e Identidades", entre Amaranta Gómez Regalado y Diana Maffia.


Rubia era una muxe que fallece en condiciones de VIH. Hay una negación cultural [de la identidad] hasta en la muerte, en la familia, en los vecinos. Está instalada, hay una negación constante. Ella muere en la ciudad de Oaxaca y nos convoca el recibirle. Me han escogido a mí, como su compañera mística, para el proceso de vestirla. Ella viene envuelta solamente en una sábana a la escena. Llega, la ponen en un catre, se coloca el cuerpo y empezamos a vestirle.


Alguien trajo una camisa de hombre, una ropa íntima de hombre, un pantalón y unos huaraches de hombre. Nos lo colocan y nos dicen “hay que vestirLA”. Nosotras nos quedamos pensando “¿Eso se va a poner?” Y como es lo que nos han dado, empezamos a vestir. Le pusimos la ropa íntima y cuando le empezamos a poner el pantalón, el papá de Rubia entra en escena y dice:

- ¡Oiga, alto! ¿Qué están haciendo?

- Nos dijeron de vestirle con esto.

- No, no, no. Traigan la ropa de mujer con la que Rubia vivió, arréglenla, pónganle una flor (tocándose la cabeza, por delante de la oreja) por favor, pónganla bella.

Atrás de la puerta estaban las vecinas y las hermanas de Rubia, escuchando la escena. Cuando el padre daba las instrucciones, se abre esa puerta y le dicen:

- ¡No, papá!

Y una vecina le empieza a decir:

- ¡No, Don Mariano! Marianito no puede ir así.

- ¿Por qué?

- Porque el Señor no le va a recibir.

Y Don Mariano, así, con una tranquilidad, le dice:

- ¿Y cuándo chingados ustedes fueron para que me vengan a decir que no los recibió el Señor? Así que vístanla y se va a ir como yo quiero.

“Esa resistencia que está ahí, ese control del cuerpo, ese control del género, de verdad llega a éstos niveles y necesitamos sacudirlos”. Así comenzaba su exposición Amaranta Gómez Regalado quien, a lo largo del conversatorio, mantuvo eclipsado el Salón Azul de la Facultad de Derecho de la UBA. Dos horas exquisitas que trazaron un recorrido que abarcaba lo personal y lo social dentro del marco político. Amaranta es antropóloga y estudió con dedicación la etnocartografía de su país, la construcción de la subjetivación y la identidad. Identidad que hoy día, se separa del sexo biológico, aunque esto haya existido siempre.


Esa definición taxativa es la que necesitamos sacudirnos, despojarnos del pensamiento binario, de la concepción de normalidad. Reconocer la identidad separada de la genitalidad, de lo que tradicionalmente se consideró biológico, de lo que se toma como natural. Conceptos que nos oprimen y acompañan a lo largo de toda la vida o, como en el caso de Rubia, hasta la muerte.


La identidad no es un compartimento estanco, es un fenómeno subjetivo, una búsqueda que se construye en contacto con otrxs. La subjetividad se desarrolla no sólo en el plano particular, funciona también como emergente de un entramado vincular y un esquema referencial que lo trasciende. La interacción social no debería ser un condicionante en el derrotero de nuestro propio reconocimiento, mucho menos, un estigma. Según Pichón Riviere “El sujeto no es solo un sujeto relacionado, es un sujeto producido. No hay nada en él que no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases”. Es por esto, que se habla de “hombre en situación”, haciendo referencia al contexto, los valores culturales e ideológicos que va aprehendiendo en función de su pertenencia al grupo y de las configuraciones vinculares con las que ha establecido su mutua representación interna. El modo en que nos nombran, nos ven, o nos visten no necesariamente es el modo en que nos percibimos. No somos, ni debemos ser aquello que se espera de nosotrxs. Correrse del mandato, desprenderse del prejuicio y abocarse al propio deseo. Sacudirse, como plantea Amaranta. Somos producidxs, pero también productorxs. El sujeto se construye social e históricamente, transformando al medio, y a si mismx, en una praxis constante. Tenemos una capacidad maravillosa e ineludible: el cambio.


Paul Preciado manifiesta que la contrasexualidad no es la creación de una nueva naturaleza, sino el fin de la naturaleza como orden. Quizás debamos dejar de reprimir todo esto que históricamente hemos juzgado, ocultado y discriminado, para darnos cuenta, de una vez por todas, que lo natural es la libertad.

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